Durante una época se pensó que comer grasa era la causa de que los niveles del colesterol “malo” LDL aumentasen y se diesen un mayor número de infartos. Pero al reducir los consumos de los alimentos ricos en grasa la disminución de los infartos fue solo de un 10%. Unos datos realmente bajos teniendo en cuenta la bajada del consumo de grasa.
Los últimos estudios realizados al respecto afirman que la grasa no es tan culpable como la pintan sino que, el azúcar es el principal responsable de esta nueva generación de niños con obesidad.
La gran mayoría de las comidas infantiles contienen esta sustancia, el cuerpo descompone el azúcar y lo transforma en glucosa y fructosa que al pasar por el higado se transforma en grasa. Por lo tanto esto es el verdadero culpable de muchas de las enfermedades cardiovasculares.
El azúcar como tal no es malo para nuestra salud, pero debemos recordar que se trata de un alimento altamente tratado químicamente lo cual, le quita al azúcar todas sus propiedades beneficiosas convirtiéndolo en un mero endulzante. Hay que tener mucho cuidado al comprar este ingrediente si lo que se quiere conseguir es natural.
Por lo que, es mejor olvidarse del azúcar. Existen otros alimentos como la miel que, son mucho más saludables para nuestro cuerpo y no están refinados. Por otra parte tomar grasa en pequeñas cantidades y con moderación no es perjudicial para la salud. La grasa por supuesto en exceso no es buena pero unos buenos y sanos alimentos que la contienen y aportarán energía son: aceite de oliva, frutos secos, agaucates y pescado azul.
El rincón de Izaskun 